La auditoría médica es un triángulo de las bermudas en el sector de la salud. Todos han escuchado al respecto pero nadie sabe como funciona. Es por eso que invitamos a charlar al Dr. Valentín Aragües, co-director del posgrado a distancia en auditoría médica que brinda la Universidad Caece junto a la Universidad Tecnológica Nacional, UTN.
El doctor Valentín Aragües y Oroz es uno de los más destacados profesionales de la medicina de la Argentina. Formado en los hospitales porteños Argerich y Fernández, docente de la Universidad de Buenos Aires, UBA, trabaja en el área de la subsecretaría de planificación del Ministerio de Salud del gobierno de la ciudad de Buenos Aires y ha sido consultor internacional del Ministerio de Salud de Nación sobre temas referidos a la Atención Primaria en la Argentina.
Su tarea profesional de prestigio lo ha llevado también a especializarse en el tema de la auditoría médica, cumpliendo destacadas labores en instituciones como la Fundación Favaloro. Actualmente es co-director del posgrado a distancia en auditoría médica que brinda la Universidad Caece junto a la Universidad Tecnológica Nacional, UTN.
En esta charla, el doctor Aragües señala cuales son las ventajas para las instituciones de contar con un trabajo destacado en Auditoría Médica, da su visión sobre los desafíos de la medicina actual y enumera cuales son los rasgos fundamentales de una buena gestión en salud.
¿Que ventajas aporta a un hospital o institución de salud contar con un equipo especializado en auditoría médica?
- En el caso de la Argentina, la auditoría profesional no está muy desarrollada como disciplina ni a nivel institucional. Los médicos carecen de información sobre ella o vagamente creen que se asocia a cosas como facturación o, peor, control policial sobre sus actividades. En la República Argentina, el nacimiento y el desarrollo de las actividades de Auditoría Médica tuvieron lugar en la década del ’70, en consonancia con la creación de las leyes que reglamentan a las obras sociales.
De este modo, a la Auditoría Médica le fue impuesto un “sesgo fiscalizador y burocrático”, podíamos decir un “sambenito congénito”, del que no ha podido recuperarse y que alejó a la disciplina de las nociones de control de calidad vigentes. En algunos casos no obstante la situación es otra o al menos se la está intentando revertir. Creemos que el auditor moderno debe conocer y ser experto en el “ámbito de experticia” de la salud y accesoriamente manejar las herramientas necesarias para llevar adelante los análisis.
Atrás quedó la idea de un auditor que solo conoce o habla del Nomenclador Nacional y sólo debita para lograr cupos o costos o pretender hacer ver que su trabajo “rinde”.
Tenemos otra idea de la auditoría: El verdadero valor agregado de la nueva auditoría está dado por el cambio de punto de vista sobre los hechos.
La función del auditor hoy por hoy debe cimentarse entre otras cosas en un sólido conocimiento de las herramientas epidemiológicas, capacidad de lectura y búsqueda bibliográfica “evidencial”. Creemos en definitiva firmemente que la disciplina debe ensancharse y el auditor moderno, formarse técnicamente y no sólo “experiencialmente”.
¿Por donde pasa hoy una buena gestión en salud? ¿Que cuestiones hay que tener más en cuenta, la parte humana profesional y auxiliar o lo tecnológico?
- 1) Epidemiología en la Administración, tan amplio que hay un libro de Alan Dever que tiene este título y se ocupa todo él de esto. Se dice que esta disciplina es crucial entre otras cosas para la correcta gestión.
2) Planificación de servicios, admitiendo que los administradores, sean lo que sean y hagan lo que hagan, deberían al menos planificar, organizar, dirigir, coordinar y controlar las acciones de la organización. Proveyendo el insumo humano, material o financiero para que el servicio se efectivo.
La epidemiología y la gestión son socios, “aliados lógicos”. Los sistemas, se enfrentan a una escalada de costos, recursos limitados, transiciones en los patrones epidemiológicos y altísima velocidad en innovación y difusión de tecnologías, y conflictos legales, religiosos, éticos y antropológicos. Así, ante varias personas que necesitan por igual un recurso o tratamiento, las preguntas “¿a quién tratar?” y “’qué vida salvar?” resultan hoy bastante frecuentes en los hospitales y relacionados íntimamente con nuestra tarea de auditores. La respuesta no está exenta de dramatismo, porque, en definitiva, hay que adjudicar asistencia a unos pacientes y denegársela a otros que la necesitan por igual.
¿Que desafíos enfrenta hoy el mundo de la medicina y su gestión?
- La necesidad de atención médica debe distinguirse de la demanda por atención y del uso de servicios o utilización. La necesidad por atención médica existe cuando se encuentra disponible un tratamiento o una curación efectiva. Una demanda de atención existe cuando un individuo considera que tiene una necesidad y desea recibir atención. La utilización ocurre cuando un individuo recibe atención. La necesidad no necesariamente se expresa como demanda y a la demanda no la sigue necesariamente la utilización.En general, el problema de las políticas de salud y los desafíos de la medicina y su gestión se podría resumir en el siguiente decálogo:
- Equidad frente a privilegios
- Competencia frente a monopolios
- Agilidad frente a burocracia
- Capacidad de elección frente a imposición
- Satisfacción del usuario frente a control y complejidad tecnológica
- Gratuidad en el punto de consumo, cuando el usuario necesita del sistema, frente a fuertes copagos a la hora de la utilización
- Autonomía frente a dirigismo
- Eficiencia frente a conformismo
- Responsabilidad aceptada frente a tentación de reparto de culpas
- Humanización frente a tecnologización
Como conclusión se podría entonces decir que, desde el punto de vista de la Auditoría:
–La escasez es real y cosa de todos. La abundancia médica total puede ser inalcanzable; ya en la década del 50 Robertson decía que pronto iba a ser imposible pagar todo lo que el médico quiera hacerle al paciente. Además, probablemente distraería recursos socialmente más útiles (Evans y Stoddart, 1990).
-La sociedad no debería descargar ni en el sistema de salud, ni en los médicos la responsabilidad por el racionamiento.
–La abundancia tecnológica no debe llevar a la deshumanización de la medicina, a que el trato con el instrumento reemplace al trato interhumano que siempre ha de ser la base de nuestra actividad en tanto médicos.
¿Qué otros puntos consideras que podrían mejorarse por medio de una correcta Auditoría Médica?
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